Ante la situación de emergencia sanitaria, la AMAP exige a los responsables de las entidades sanitarias del sector privado provean de todos los elementos e insumos necesarios para que los médicos cumplan su trabajo con las barreras óptimas de bioseguridad. A saber: gafas para protección ocular, guantes descartables y barbijos adecuados para el contacto permanente con los enfermos.
Nuestros representados, se enfrentan día a día a situaciones de precariedad laboral y malas condiciones de trabajo en el ejercicio de la profesión. Hoy, que la emergencia sanitaria nos vuelve a convocar como actores centrales de la contención y atención de la pandemia, estas carencias quedan expuestas de una manera dramática.
Una vez más, los empresarios de la salud no están a la altura de la situación, muchos se niegan a cumplir con las licencias laborales excepcionales, por ejemplo, la que se debe otorgar a las madres con hijos menores, las justifican pero no las pagan.
Muchos de los médicos del sector privado cobran salarios indignos para la tarea que desempeñan. Hoy la sociedad se organiza para aplaudirnos, nosotros si bien agradecemos esos gestos, lo que queremos es que se tome consciencia de que los profesionales del sector privado la salud somos personal flexibilizado, que trabaja en negro, al que se le paga muchas veces en cuota sus salarios, en oportunidades víctimas de la violencia y sin reconocimiento de la profesión. Luchamos cada día por la registración del trabajo médico, por el respeto de nuestros derechos y de esta forma por los derechos de nuestros pacientes”,
Nuestro eslogan gremial, lamentablemente, toma una dimensión enorme: “No hay salud sin médicos, no hay buena salud sin médicos con salarios dignos, no hay buena salud con médicos disconformes” y hoy agregamos “no hay buena salud sin médicos protegidos”