1° de Mayo: Día del Trabajador y la lucha por la dignidad del trabajador médico

Cada 1° de mayo conmemoramos las luchas históricas del movimiento obrero por mejores condiciones laborales, recordando que detrás de cada derecho conquistado hubo esfuerzo, organización y solidaridad de trabajadores de todos los sectores. Sin embargo, en este Día del Trabajador, es urgente visibilizar una realidad dolorosa: el maltrato que sufre el trabajador médico en nuestro país.

Hoy, quienes se dedican a cuidar la salud de la población enfrentan salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas, con paritarias que imponen techos salariales desde el gobierno muy por debajo de la inflación real. Esta política de ajuste impacta de lleno sobre profesionales que sostienen clínicas, sanatorios, hospitales y centros de salud con su compromiso y vocación, pero que ven deterioradas sus condiciones laborales año tras año.

A esto se suma el desgaste físico y mental por jornadas laborales extensas, la sobrecarga de tareas, la falta de insumos, infraestructura deficiente y, muchas veces, la falta de reconocimiento social, patronal y gubernamental. Se exige al trabajador médico una entrega permanente, pero se le niega la posibilidad de ejercer su profesión en un marco de dignidad y respeto.

Frente a este panorama, es imprescindible reivindicar la sindicalización de la profesión médica como herramienta fundamental para transformar esta realidad y exhortamos a los colegas a participar activamente en la tarea gremial. La organización gremial nos permite no solo defender nuestros derechos salariales, sino también luchar por condiciones de trabajo dignas, que garanticen la calidad de atención que merece toda la comunidad.

La unión del gremio médico es fundamental para conseguir revertir la grave situación que hoy atraviesa la profesión, esto implica dejar de lado cualquier diferencia para focalizarse en la lucha conjunta en la defensa integral del médico y debemos alzar la voz contra quienes manipulan el sindicalismo, una herramienta nacida para defender a los trabajadores, pero que algunos convierten en un medio para su propio beneficio político. Estos falsos líderes no luchan por la justicia laboral, sino por sus propios intereses, traicionando la confianza de aquellos a quienes dicen representar. No podemos permitir que el legítimo clamor de los trabajadores sea usado como escalera hacia el poder personal. Es tiempo de rescatar el sindicalismo auténtico: el que construye, el que une y el que verdaderamente defiende a quienes trabajan día a día por un futuro mejor.

Es hora de cambiar el paradigma: ser médicos no nos debe condenar a la precarización ni al silencio. Al contrario, debemos recuperar la fuerza colectiva, unir nuestras voces y exigir un sistema de salud donde el trabajador médico sea valorado, protegido y respetado.

Este 1° de mayo, desde la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) creemos que el mejor homenaje a los trabajadores médicos es reafirmar nuestro compromiso con la lucha organizada, con la defensa de la salud y con la dignidad laboral. Porque cuidar a quienes cuidan también es una cuestión de justicia social.

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